Los versos de Golucho siguen a pies juntillas el dictado de una realidad que en ocasiones aturde, otras molesta, otras embriaga y casi siempre inquieta. Y en esa criba de lo real no hay concesiones ni al ripio, ni a la grandilocuencia, ni al ornato esteticista. Métrica asimétrica y música interna dan forma a este Pozo de carne con helada precisión de escalpelo roto.
Golucho Boeken
